Hacia fines del 2008 CAUCE tomó la decisión de discutir un proyecto político que tenga incidencia en todos los planos de la lucha de clases, y que se plantee superar el ámbito universitario en el que actúa la corriente.
Esta decisión, implicaba avanzar en una dirección que pudiese cambiar revolucionariamente a la corriente y a sus militantes; reconociendo la necesidad de construir una herramienta política que esté a la altura de los acontecimientos venideros. Quienes escribimos esta carta, tomamos con pasión este debate, entendiendo que representaba una maduración en la corriente. El CAUCE nació al calor del 2001, y como muchas otras agrupaciones independientes, lo hizo lamentablemente como una crítica a las estructuras partidarias de la izquierda. Estas agrupaciones con características asamblearias, horizontales y pluralistas, sirvieron como canal de expresión de muchos jóvenes que surgimos a la vida política en ese proceso.
Desde ese momento, como agrupación construimos una importante referencia en sectores de izquierda del movimiento estudiantil. En Derecho, Facultad hegemónica de la Franja Morada, miles de estudiantes eligen al MIU año a año como alternativa de izquierda. Y en periodismo, bastión del PJ, Cauce fue durante dos años conducción del centro de estudiantes junto con el PTS.
Pero, al reconocer los límites de una agrupación que reduce su intervención al ámbito estudiantil, y que no cuenta con un programa homogéneo, consideramos necesario dar un paso adelante. Avanzar en este sentido significaba darle a toda esa construcción y referencia un norte estratégico.
Cuando empezábamos esta discusión, lo hacíamos a los inicios de la crisis capitalista y discutíamos los nuevos sucesos políticos y los desafíos para todos los que peleamos por transformar de raíz esta sociedad de explotación.
Desde entonces, decenas de acontecimientos nos hicieron reafirmar esa decisión. La crisis hizo desaparecer en meses a empresas que parecían imbatibles apenas años atrás. El imperialismo volvió a preocuparse por su patio trasero. Ahí estuvo el golpe de Honduras, y las bases militares en Colombia como botón de muestra. Tiempo después, por medio de los millonarios salva tajes a las empresas y bancos, los capitalistas lograron detener el curso depresivo de la crisis, pero solo a costa de sobre endeudar a los estados, aumentando desmedidamente su déficit fiscal. España, Portugal, y Grecia, se encuentran entre los países más afectados, lanzando planes neoliberales de ajuste, que encontraron primeras respuestas en amplios sectores populares.
En Argentina la crisis económica no se manifiesto aun catastróficamente, pero predomina una crisis política que se expresa en el enfrentamiento permanente del kirchnerismo con la oposición burguesa que no puede presentar una alternativa de recambio. A esto se suma la debilidad que recorre a toda la burocracia sindical, con un profundo cuestionamiento en las bases. Estas brechas por arriba, en el movimiento obrero permitieron la emergencia de un sindicalismo combativo. Los trabajadores de Terrabusi y del Subte, ejemplos de un fenómeno mucho más extendido, fueron un puñetazo en la nariz de todos los escépticos que se pasaron la década del 90 diciendo que era “el fin de la historia” y que “la clase obrera no existía más”.
Es por eso, que entendemos que en este impasse que se está dando por la precaria recuperación de la economía en nuestro país, la izquierda tiene que aprovechar para profundizar nuestra influencia y capacidad de movilización.
Nuestras conclusiones
Entendemos que los tiempos de una corriente política deben medirse en función de las tareas que impone la lucha de clases. Por eso hoy los estudiantes, junto a los trabajadores, los intelectuales y los sectores populares tenemos la oportunidad de empezar a poner en pie una poderosa herramienta política.
En este sentido, nosotros propusimos para el CAUCE una orientación concreta: que nuestras energías estén centradas en la construcción de un partido revolucionario de la clase obrera. Es decir, una organización que priorice la inserción en las principales concentraciones obreras, y también en las barriadas populares y el movimiento estudiantil. Una organización que levante un programa de independencia política ante la burguesía y todas sus variantes políticas, incluida la centroizquierda y el frente popular. Que impulse la autoorganización y autoactividad de las masas. Que desarrolle la lucha de ideas y que intente desde el marxismo dar respuesta a los nuevos fenómenos de la lucha de clases. Un partido con un programa de independencia política, que prepare a la clase obrera para conquistar su propio gobierno. Quienes nos reivindicamos marxistas tenemos la responsabilidad de discutir cuales son la vías para que en Argentina surja ese partido, como parte de una corriente internacional, y para que el mismo empiece a ser la referencia de miles de explotados y oprimidos que surjan a la vida política.
En este debate CAUCE mostró su gran heterogeneidad, y ante la falta de definiciones tras un año de discusión, un grupo de diez compañer@s, decidimos avanzar hacia un proyecto partidario. Desde entonces emprendimos un proceso de formación política y de discusión con las corrientes que, entendíamos, mejor expresaban las ideas que nosotros pusimos a debate dentro de CAUCE.
En este tiempo mantuvimos instancias de discusión con el PO y el PTS, dado que son para nosotr@s los principales partidos en nuestro país que levantan una perspectiva de independencia política de la clase obrera. A diferencia del MAS que llamó a apoyar a la centroizquierda en Costa Rica, y en ocasiones a votar por Chávez. Además en nuestro país son un pequeño grupo que, en casi cinco años de existencia en La Plata, se negó a encarar una orientación que le permitiese ligarse al movimiento obrero de la zona. Manteniéndose como un grupo esencialmente universitario.
Con el PO y el PTS discutimos la ubicación de la izquierda frente a la pelea del campo y el gobierno, los posicionamiento frente a los gobiernos populistas de América Latina, la inserción en el movimiento obrero y los balances de los últimos conflictos como Casino, Mafissa, Kraft, Subte; el trabajo intelectual, discusiones en torno a la opresión de género, entre otros tantos debates. También discutimos un balance de las diferentes estrategias de la izquierda en los 70, cuestión que consideramos fundamental para la izquierda, ya que se trató de la mayor experiencia revolucionaria en la historia reciente de nuestro país.
Durante este proceso fuimos viendo que mantenemos grandes diferencias con la práctica política y los posicionamientos del Partido Obrero. En primer lugar somos críticos de la definición del surgimiento de un “nuevo sujeto piquetero”, a partir de la intervención generalizada del movimiento de desocupados desde el 2001, que no apunta a consolidar a la clase obrera en su conjunto sino que los llevó a darse políticas diferenciadas para el sector ocupado y el desocupado, del cual organizaron una fracción en el Polo Obrero, lo cual dista mucho de la forma en que Trotsky pensaba la organización de los trabajadores desocupados, en un sindicato único con libertad de tendencias. Fueron estas posiciones las que le impidieron avanzar profundamente e insertarse fuertemente en el movimiento obrero industrial, dejándolos debilitados ante el nuevo fenómeno que está surgiendo: el sindicalismo de base. Disentimos también con la posición tomada en Bolivia, donde llamaron a votar a Evo Morales cuando su llegada al gobierno no significaba más que el desvío del proceso revolucionario abierto-, y, contradictoriamente, en el plebiscito sobre la nueva constitución votaron negativamente junto a la oposición derechista. Además, estamos en contra de realizar acuerdos oportunistas para recuperar las organizaciones de masas, razón por la cual entendemos como incorrecta la decisión que adoptaron en la FUBAdonde en congreso el PO le ha abierto sus puertas a corrientes sojeras como el PCR y de centroizquierda, como Libres del SUR.
Ponemos en pie un comité de enlace con el PTS
A partir de avanzar en discusiones de tintes estratégicos, políticos y programáticos, tomamos la definición de poner en pie un comité de enlace con el PTS, siendo éste un espacio de discusión y de intervención común, para luego realizar una fusión plena que permita que la experiencia y práctica política que acumulamos como militantes de distintas organizaciones aporten a la construcción de una herramienta revolucionaria.
Lo hicimos considerando la incidencia que el PTS tiene en las principales luchas obreras en los últimos tiempos, su permanente trabajo por dar respuesta desde el marxismo a los nuevos fenómenos políticos y a balances estratégicos como el de la intervención de la izquierda en los 70, su posicionamiento inalterable de independencia política ante los gobiernos populistas de América Latina, y su posición respecto a la lucha contra la opresión de la mujer, como un aspecto programático estratégico.
Quienes hoy formamos este comité, seguiremos luchando por poner en pie un movimiento estudiantil combativo e independiente. Por recuperar los centros de estudiantes, para llenarlos de participación estudiantil y desterrar definitivamente a la burocracia de la Franja Morada y el PJ. Vamos a seguir peleando para que el marxismo, vedado en nuestra universidad, entre a las facultades. Queremos transformar la Universidad, para ponerla al servicio de los trabajadores y todos los sectores populares. En post de este objetivo, luchamos recientemente contra la reaccionaria asamblea universitaria, que término garantizando la continuidad de un pacto entre el PJ y la UCR para seguir gobernando la Universidad al servicio de las grandes empresas.
Nos alegra saber que con los compañeros del CAUCE, con quienes militamos varios años, nos vamos a seguir encontrando en la lucha, batallando por la independencia política del movimiento estudiantil frente a las autoridades, y peleando contra este régimen universitario antidemocrático y servil a los capitalistas. Y estamos convencidos, porque nos llevamos de CAUCE principios y prácticas políticas muy importantes, que el paso que hoy damos va a permitir continuar las discusiones que tenemos, incluso más fructíferamente.
A eso apostamos. Por eso hacemos público también a todas las agrupaciones independientes, a la vanguardia obrera y juvenil, nuestro proceso y el inicio de esta experiencia común con el PTS. Invitamos a todos a encarar este debate. Insistimos que la enorme energía y abnegación que muchos compañeros destinan en su militancia cotidiana, ya sea en la universidad, en su barrio o en su lugar de trabajo, tiene que estar íntimamente ligada a la construcción de un gran partido de la clase trabajadora, que supere el limitado ámbito de una corriente estudiantil, o meramente sindical. Esta es la gran tarea en la que tenemos que aportar todos aquellos que nos proponemos terminar con esta sociedad de explotación.
Celina T, Maia, Kano, Cata, Ingrid, Nico, Gonza, Celina G., Cristian, Agustina (independiente en la comisión de cárcel del MIU)
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